Nos llenó de alegría, cuando CASA
FLORENCIO abrió sus puertas, (hace casi 7 años) poder comprobar que se podía
vivir y trabajar allí donde somos tan felices y donde volvemos cuando dejamos
la rutina de nuestras vidas. Que precisamente fuese la belleza natural de
nuestro querido Revilla el motor y lo que impulsase el negocio nos llenó de
orgullo y de sana envidia y que dicho negocio sirviese para extender a todos
los que durante este periodo lo han visitado el prestigio natural del que hasta
ahora solo nosotros gozábamos nos llena de agradecimiento que ahora queremos
manifestar.
Esperemos que la vida se porte
bien con quienes se han preocupado de hacer de pregoneros diarios de este
magnifico lugar que llevamos tan dentro y ojalá que pronto alguien ocupe su
lugar y continúe su labor, porque en el fondo estará desarrollando lo que a
muchos nos gustaría poder hacer.